El periodismo fujimorista de Diego Salazar

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Diego Salazar Chacaltana y Juan José Garrido Koechlin. (Foto: «Hildebrandt en sus trece»)

El viernes 17, el señor Diego Salazar publicó un post en su blog “No hemos entendido nada” (https://nohemosentendidonada.com/2017/11/17/el-periodismo-de-mentira-de-hildebrandt-en-sus-trece/) poniendo en tela de juicio mi profesionalismo. Salazar me colocó como “ejemplo” de que el semanario Hildebrandt en sus trece, medio donde trabajo desde hace tres años, hace “periodismo de mentira”. “Publica mentiras que saben que son mentiras”, escribió Salazar.

Las tres promociones del post que Salazar hizo en su cuenta de Twitter tuvieron 20 retuits y 20 likes. La web «clasesdeperiodismo.com», que dirige la señora Esther Vargas, y el portal “noticiasvenezuela.org” fueron los únicos medios que rebotaron el artículo. Pero, el más entusiasta con la publicación fue el politólogo Carlos Meléndez. Sobre él solo diré que su tirria hacia el semanario y a mí en particular nació en la última campaña electoral cuando en un informe lo bautizamos como “viuda del fujimorismo”. ¿La razón? Su abierto apoyo a la candidatura de Keiko Fujimori.

Hecha la introducción, voy al fondo del asunto.

El post de Diego Salazar apareció horas después de que Hildebrandt en sus trece publicara un informe de mi autoría titulado: “Crisis en ‘El Comercio’”. El reportaje cuenta dos hechos concretos: la caída de los ingresos del Grupo El Comercio y la salida del economista Juan José Garrido Koechlin de la dirección del diario Perú 21. El reportaje tiene 1,016 palabras y en solo un párrafo aparece mencionado Salazar. “En enero pasado, por ejemplo, Juan José Garrido pidió que no se despidiera al subdirector de Perú 21, Diego Salazar. No se le escuchó”, fue lo que escribí.

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¿Tanto le afectó a Salazar que recordara cómo salió de Perú 21 para que me dedique un post completo? ¿Le habrá molestado que publicara la carta de renuncia (muy mal escrita, por cierto) de su amigo y exjefe Juan José Garrido Koechlin? ¿Se habrá enojado porque adjunté documentos internos del Grupo El Comercio en el que queda confirmada la crisis financiera que atraviesa el decano? ¿O la razón será que describí que durante los últimos años Perú 21 comenzó a mostrar abiertas simpatías por Keiko Fujimori?

La carta de Garrido Koechlin y los papeles internos de El Comercio se pueden leer en la última edición de Hildebrandt en sus trece. Sobre la última interrogante les dejo aquí dos portadas de Perú 21 durante la última campaña electoral, cuando Salazar era el “Editor Multiplataforma” (en el papel, subdirector):

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La pública y notoria cercanía de Perú 21 con el fujimorismo durante los últimos años también ha sido contada por Mirko Lauer en La República. Lauer señaló en su columna del 17 de agosto del 2016 que Perú 21 despidió al talentoso caricaturista Heduardo debido a que no querían incomodar a Keiko Fujimori. Sobre el tema hay un post de Laura Grados en Utero.pe (http://utero.pe/2016/09/03/esta-es-la-razon-por-la-que-peru-21-deberia-devolvernos-a-heduardo-si-no-quiere-quedar-como-un-hipocrita/) y una columna de Juan Manuel Robles en la última edición de Hildebrandt en sus trece.

“Mentiroso” y “obsesivo” son dos calificativos que el exsubdirector de Perú 21 utiliza para acusarme de mala praxis periodística. Sustenta su afirmación en tres publicaciones de mi Twitter. Esos adjetivos, dicho sea de paso, los extiende a Hildebrandt en sus trece y a su director, César Hildebrandt. Eso no solo es falso, sino también es una grave tergiversación. Mi cuenta de Twitter no es vocero del semanario y las publicaciones que allí hago, como bien lo advierto, son “a título personal”.

Utilizando los mismos tuits, Salazar dice “demostrar” (con efecto retardado, al parecer) que caí en contradicciones cuando en enero del 2017 expliqué los motivos de su salida. Cuatro fueron las razones que conté en mi Twitter, las cuales reafirmo en este post: Caída de la lectoría y las ventas de Perú 21, contratar como jefe de la Unidad de Investigación a un periodista colombiano acusado de inventar crónicas, ser problemático con sus compañeros de trabajo y haber tenido un altercado en un directorio del Grupo El Comercio.

Nada de esto es un invento.

Según CPI, la lectoría diaria de Perú 21 en Lima Metropolitana de julio del 2013 (antes que Salazar sea subdirector) era de 232 mil personas:

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En noviembre del 2016, dos meses antes de que Salazar sea despedido, el resultado fue 188 mil lectores:

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¿Eso no es una caída?

Sobre la contratación del periodista colombiano José Alejandro Castaño, acusado en su país de inventar crónicas e historias, y el papel que jugó Salazar para que ingrese a Perú 21 hay un sólido informe de Hildebrandt en sus trece:

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En relación a lo problemático que Salazar es cuando está en una redacción y lo arrogante que suele ser con los reporteros, basta llamar a cualquier periodista de Perú 21 (que no sea Esther Vargas, su más entusiasta fan en redes sociales) para enterarse de las numerosas historias que se cuentan sobre él. Salazar dice que es mentira que haya tenido un altercado en un directorio del Grupo El Comercio y la prueba es que dos directores del holding lo llamaron extrañados por la afirmación que hice en Twitter. ¿Eso es un argumento? ¿Sabrá Salazar que el Grupo El Comercio tiene 114 accionistas y no solo dos?

Desconfiar de las fuentes oficiales, respetar el off the record, corroborar los hechos lo máximo que se pueda y no creer en “referentes” son las principales características del periodismo que practico. Las he plasmado en mis siete años de carrera, tanto en Caretas como en Hildebrandt en sus trece. En enero último, cuando publiqué la lista de periodistas y opinólogos que trabajan para Odebrecht, demostré que esos valores los tengo bien presentes:

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Salazar tiene razón en que no lo llamé antes de publicar en mi Twitter las razones de su salida. Y es que el “periodismo de periodista” es una rama donde hay mucho debate. Pero, lo que sí es verdaderamente polémico es la distancia que un hombre de prensa debe tener con las fuentes de información. El boom gastronómico del país y crónicas de los diferentes restaurantes de moda son temas sobre los que Salazar ha escrito mucho en los últimos años. ¿El exsubdirector Perú 21 habrá sido sincero con su lector informándolo de que es “Academy Chair” del certamen que premia a los mejores restaurantes del mundo? ¿Habrá sido objetivo en sus crónicas cuando el protagonista (y principal beneficiado) está vinculado a él?

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La página de LinkedIn de Salazar dice que lleva nueve meses escribiendo un libro que se titulará como su blog. ¿Contará en su obra por qué cuando era subdirector de Perú 21 la lectoría del diario se desplomó? ¿Habrá un capítulo donde cuente la contratación del fabulador colombiano José Alejandro Castaño? ¿Reflexionará sobre cuál es la independencia que un periodista debe tener respecto a los temas que escribe? Por último: ¿Explicará a santo de qué se erige como el sumo pontífice del buen periodismo, cuando como subdirector de Perú 21 lo único que hizo fue destruirlo, al punto de convertirlo en un medio abiertamente fujimorista?

Un comentario sobre “El periodismo fujimorista de Diego Salazar

  1. El Comercio no es un periódico y menos periodismo , simplemente es la adecuacion de la información al negocio en este caso vil, oportunista y coimero: Solo hay que revisar su directorio para tener su radiografía. Lo peor de todo es que desinforma y mantiene una leal identificación con la podredumbre empresarial que nos envuelve.
    Es tambien la repartija de negocios entre sus accionistas.

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